viernes, 16 de septiembre de 2016

El juego de la llamada

Antes de que te explique las reglas del juego hay una serie de requisitos que es obligatorio cumplir. Primero, tienes que estar completamente solo en casa; si hay alguien más no sucederá nada. Segundo, debes realizarlo bien entrada la noche, más allá de las doce. Y, por último, tienes que asegurarte de tener dos teléfonos en casa. Estos dos teléfonos tienen que que ser de tu propiedad, no pueden ser de un amigo o de un familiar, y da igual si son teléfonos móviles o fijos siempre y cuando solo tú tengas control sobre ellos.
Una vez hayas cumplido estos requisitos, necesitarás dos cuartos para poder jugar, y ambos cuartos tienen que estar iluminados (el resto de la casa no). Por razones que explicaré más adelante, asegúrate de que haya cierta distancia entre los cuartos o lo pasarás verdaderamente mal. Después, deja uno de los teléfonos en un cuarto, cierra la puerta y ve a la otra habitación. Una vez estés allí con el teléfono que haya sobrado, comienza a llamar al otro cuarto. Si a los diez tonos no ha ocurrido nada, mala suerte: cuelga la llamada e inténtalo otro día. Si alguien llama a alguno de los teléfonos o suena algún mensaje entrante, el experimento finalizará.
Por el contrario, si alguien ha acudido a la llamada, oirás un silencio mortificante, seguido por extraños susurros y sonidos parecidos a muebles moviéndose. No te asustes, y por lo que más quieras no cuelgues la llamada, ya que la persona que está al otro lado de la línea lo verá como de muy mala educación. Una voz muy gutural pero manejando de forma perfecta el idioma te saludará de manera muy cordial e iniciará una conversación.
Primero te preguntará cosas triviales, pero cuando los minutos vayan avanzando te pedirá cosas más y más personales que te verás obligado a contestar por parecer bien educado. Llegará un momento en el que te preguntará dónde está tu cuarto, y tú, habiendo caído en su manipulación (hazme caso, su poder de convencimiento es increíble), se lo dirás. No importa que corras ni que te intentes resistir, no habrá manera de que puedas sobrevivir a eso.
Por cierto, si en medio de la conversación le mientes diciendo que tienes poca batería o poca cobertura, no se lo tomará nada bien, y si de hecho te quedas sin batería… bueno, digamos que cortar una conversación es ser muy irrespetuoso. Ten la suficiente fortaleza como para no llegar al extremo de revelar en dónde estás: pídele, por el contrario, jugar a un juego.
Aquí viene la parte más difícil; lo de antes no era nada comparado con lo que viene ahora. El espectro va a salir de su cuarto y va a comenzar a recorrer la casa, buscándote. Tocará varias veces la puerta de una habitación, dirá: «¿Estás ahí?», y entrará. Créeme cuando te digo que sentirás de forma asfixiante una presencia cada vez más y más cerca de ti, podrás incluso oír sus pisadas por el pasillo mientras te busca. Rápidamente, apaga la luz de tu cuarto, escóndete y quédate completamente quieto. No apagues el móvil ni finalices la llamada, solo no hables. Asegúrate de estar bien escondido y no hacer ningún ruido.
Cuando tu invitado toque la puerta, pregunte por ti y entre, sentirás un deseo increíble de salir de tu escondite para acabar con tu angustia. No lo hagas. Por lo que más quieras, por muy mal que te encuentres, por que sientas que la presencia es demasiado fuerte para aguantarla, no salgas de tu escondite. El espectro solo se quedará un minuto o así en tu cuarto hasta que decida cerrar la puerta y volver a su sitio. Una vez lo hayas oído regresar a la otra sala iluminada, sal de tu escondite con total confianza. Tu interlocutor dirá que ha disfrutado mucho contigo, pero que desgraciadamente se tiene que marchar. Agradécele la conversación que habéis tenido y espera a que cuelgue.
Todavía no enciendas las luces de toda tu casa ni te vayas de donde estás: has sufrido mucho, así que vas a ser recompensado. Pocos minutos después de que haya finalizado el juego, recibirás una llamada del otro teléfono. Contesta o si no todo lo mal que lo has pasado habrá sido en vano (quitando esto, no serás castigado por no contestar). Una vez que lo hayas cogido, oirás una voz monótona que dirá: «Seleccione su premio».
Si pulsas el uno, podrás escuchar algo muy revelador sobre tu futuro (que podrás alterar o dejarlo como está).
Si pulsas el dos, escucharás algo secreto sobre ti que desconocías por completo y que cambiará tu vida.
Si pulsas el tres, recibirás una pequeña habilidad que será traducida en la buena suerte. No serán cosas increíbles como ganar la lotería o encontrar al amor de tu vida, pero sí pequeñas casualidades que salvarán tu día a día: encontrar una pequeña cantidad de dinero por la calle, aprobar un examen para el que apenas estudiaste… Cosas de ese estilo.
Si pulsas el cuatro, tus heridas (e incluso quemaduras) cicatrizarán con sorprendente facilidad.
Si pulsas el cinco, la persona a la que amas también se enamorará perdidamente de ti.
Si pulsas el seis, al día siguiente, en el que cuarto en el que se hallaba el espectro, encontrarás un objeto que siempre deseaste (de nuevo, nada espectacular como un descapotable, pero sí cosas como un ordenador mejor, unos billetes de avión para un viaje…).
Una vez que hayas elegido, la llamada terminará automáticamente. Recoge el otro teléfono, enciende las luces y sigue tu vida con normalidad.
Si estás pensando en hacer el juego seis veces para obtener todos los premios, la segunda vez que lo intentes la manipulación que ejercerá sobre ti tu interlocutor será ya imposible de evitar, así que no te sugiero que lo sigas intentando.

viernes, 8 de julio de 2016

La otra historia de Slenderman

Yo era un hombre normal. No sé porque todo cambió tan repentinamente, nunca me creí capaz de lo que hago como un maldito monstruo mutante. No quiero asustarte, y es enserio. Nunca me ha gustado el terror. Yo solo quiero salir, tal vez buscar algún acompañante.
Pero comprendo que tengas miedo de mí, después de todo, todo el mundo lo tiene. ¿Cómo no tenerle miedo a un monstruo de piel blanca, sin rasgo facial alguno, con unos malditos tentáculos que mata sin razón?, pero no, a mi no me gusta matar. Es que es contra mi voluntad. No puedo controlarme, y aunque no veas mis ojos, yo lloro si te hago sufrir, después de todo creo que esto es un castigo por haber sido tan engreído antes.
Si quieres conocer mi historia, y dejar de tener un poco de miedo de mí, aunque no es lo más seguro, te invito a leerla:
Yo era un hombre delgado, feliz, apuesto y con mucho dinero. Era un abogado con mucho éxito, tenía una hermosa esposa y una linda y pequeña hija llamada Sophie, la recuerdo como si hubiese sido ayer cuando la tuve por primera vez en mis brazos.
Amaba mi vida, pero también amaba presumir. Tenía amigos, pero falsos, interesados… mis verdaderos amigos, estoy seguro, me habían dejado porque era demasiado creído, abusaba de lo que tenía, y sé que podía hacerlos sentir mal en algunas ocasiones.
No era mi intención, lo juro, siempre quise mantener amistades. Pero tal vez haya sido la razón, que me gustaba mucho decir lo hermosa y perfecta que era mi vida.
Podía darle todos los gustos a mi familia.
Pero un día, todo dio un giro de 360 grados.
Estaba tranquilo, recién llegaba del trabajo, sentado viendo el programa favorito de mi hija, junto a ella. Reíamos y nos divertíamos, no me gustaba ese programa, pero me gustaba verla feliz. De pronto el teléfono nos interrumpió, no sabía que era, pero tenía un mal presentimiento.
-Espera, mi niña- Le dije a mi hija mientras me levantaba del sillón a responder.
-¿Hola?
-Señor… – Preguntó una voz masculina, diciendo mi apellido.
-El mismo. ¿Qué necesita?
-Lamento informárselo de esta manera, pero su esposa ha sufrido un accidente. Ella está muy herida
-¿Qué pasa papi? -oí la voz de mi pequeña hija, mientras mis ojos se cristalizaban. El hombre del teléfono me dio una dirección de donde había sido el accidente, llamé a mi hermano para que se quedara con mi hija, ya que el vivía al lado. No le dije a mi hija nada sobre eso, y me fui rápidamente hacia el lugar.
Una horrible escena se podía divisar por mis ojos, un lugar repleto de policías, ambulancias. Sangre por doquier. Y entre toda la multitud, tirada a un lado de la ambulancia, mi querida esposa, mi razón de ser, el amor de mi vida, totalmente ensangrentada, a un lado, el auto totalmente destrozado. Corrí como un loco a su encuentro, y noté que estaba convulsionando. Llamé rápidamente a los médicos de esa maldita ambulancia, se tardaban tanto. Malditos, a ellos no les importa si pierdo al amor de mi vida.
Ella estuvo en coma, por mucho, mucho tiempo. Solo le decía a mi hija que mami se había tomado un descanso, ¿como explicarle que su madre, quien le dio la vida, tenía riesgos de muerte?
En el peor momento me lo anunciaron, llegaron a mi casa a informarme lo sucedido, la muerte de mi esposa. No me quedó mas remedio que decirle a mi hija, la pobre no entendía, yo lloraba, tanto, que pensaba que explotaría.
Tiempo después mi hija creció, y logró comprender que su madre había muerto, a medida que lo comprendía, me odiaba más. Y yo no entendía, porque cuando era más pequeña, me amaba. Debía, seguramente, pensar que yo había tenido la culpa.
-Hija, ¿vamos por un helado?
Siempre le proponía cosas para divertirnos juntos, pero ella no aceptaba.
-No quiero. – Me decía, hacía más de cuatro años no la oía decirme “papá”.
Casi todo había cambiado, ya no tenía éxito, me estaba volviendo clase media-baja y, yo también me odiaba por eso. Trataba de hacer feliz a mi hija, dejándola salir con sus amigos.
Finalmente, mi hermosa niña cumplió los 14 años, luego de su fiesta, descubrí que estaba drogándose.
-Hija, ¿por qué me haces ésto?- le repetía llorando.
-Te odio. Déjame en paz- Me decía con mirada de desprecio.
Estaba totalmente cansado. Era hora de hacer cosas malas. Un pacto con el diablo. La verdad, nunca me di cuenta del error que cometería.
Recordarlo me da nostalgia, pero no me ves llorar. Estás leyendo esto, puedo notarlo desde la ventana. Tranquilo, no te haré nada, a menos que me mires, no podré controlarme. Te mataré aunque vaya contra mi voluntad.
¡Te he dicho que no me mires! Espera, no estés asustado… o bueno, si, mejor mantente así. Si estás tranquilo será mas difícil aún. Oh, rayos, lo siento, lo siento tanto.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Eso...

Mientras dormia, pude percivir un putrefacto olor luego escuche " despierta, despierta " y pense ! Ey esa no es mi mama ! Cuando desperte pude ver en la esquina de mi habitacion decidi acercarme a eso cuando estava mas cerca. Note que no era una mujer pues sus ojos brillaban fuertemente y de su boca salio una serpiente, decidi alejarme y rodar en la cama cuando lo hice, mientras caia el tiempo corria mas lento y antes de tocar el suelo esa cosa grito " esperaaaa " seguido de un ensondecedor grito. Cuando toque el suelo todo paro, ya no estaba hay , se fue ... al parecer era solo un sueño pero algo dentro de mi me decia que era real. Por ahora no quiero volver a cerrar mis ojos pues esa cosa esta hay...

martes, 2 de septiembre de 2014

Tal vez, solo una pelicula

Iva yo por el desierto cuando mi carro se detuvo sin razon alguna por un momento recorde aquella pelicula pero no quise prestarle mucha atencion pues despues de todo era solo una pelicula... decidi caminar en busca de gasolina asi que me hice de un recipiente y emprendi a caminar hacia el horizonte... unas horas despues divise a lo lejos un letrero brillante y de imediato reconoci que era una estacion de "texaco ", me apresure a llegar a esta.

Cuando llegue note que estaba a punto de caerse y pense que no habia nadie en aquel lugar, note que a mi lado habia un refrigerador, me deje llevar por la curiosidad y lo abri fue asqueroso lo que alle ! Eran cadaveres humanos ! Cuando no podia estar mas asustado escuche una voz suave que susurro - quieres tanquear ? Y respondi muy asustado -si , luego vi salir de la tienda un ansiano que me dijo -pasa, despues de entrar iniciamos a hablar....
- valla, veo que no pasa mucha gente por aqui, eh ?
-Si esa maldita pelicula arruino al pueblo, nos arruino a todos !
-pero es muy agradable estar aca... dije un poco asustado
-Enserio ?
-Si ! Le dire a mis amigos que pasen por aca mas seguido
-muchas gracias chico pero bueno si vas a tanquear tendremos que ir a la bodega de atras, asenti con la cabeza cuando llegamos a tal bodega el anciano me dijo -saca la gasolina mientras voy por una lampara, cuando el anciano trajo la vela se revelo todo en aquella oscura bodega pense: rayos! Es igual a la bodega de la pelicula inicie a asustarme y sin culpa exclame -carajo ! Esto es igual a la plicula, fue ay cuando el viejo me dijo -tranquilo despues de todo es solo una pelicula no ? , despues escuche el ruido de un motor y cuando me gire a mira ay estaba... jimm el cara de puntos al verlo sali corriendo de ese lugar tan pronto como pude mientras corria podia escuchar a aquel sujeto -!me tienes miedo !? Mientras  carcageaba horrible mente.

Disculpen

Perdon si no he estado muy activo pero de ahora en adelante subire creepypastas mas seguido

lunes, 21 de abril de 2014

RISAS ...

Despiertas sobresaltado, jadeando en busca de aire, mientras te recuperas de una pesadilla. Es la misma pesadilla que se ha venido repitiendo desde hace semanas. Cada noche, sin poder hacer nada más que ver la misma maldita escena desplegarse ante tus ojos.
Hay niños corriendo en un parque infantil, y a lo lejos, una niña comienza a subir al pasamanos. De repente, esa sensación nauseabunda que algo va a suceder invade tu cuerpo. Intentas gritar a la niña para advertirle, pero lo único que se escapa de su garganta es el aire. Te das cuenta de que es demasiado tarde. Cierras tus ojos mientras la chica cae, causándose una grieta repugnante en toda la cabeza. Te ves impotente a su cuerpo sin vida, junto con el resto de los niños que reían a sólo unos minutos atrás.
Ahí es cuando te despiertas en un sudor frío, dándote cuenta de que era la misma pesadilla. No te has acostumbrado a ella y probablemente nunca lo harás.
Aún en tu estupor somnoliento, miras hacia los números digitales de color verde brillante junto a ti. Ahora es la 1:30 de la mañana, igual que la última vez. En este punto, has perdido toda esperanza de volver a dormir, y bajas a la cocina para conseguir un vaso de agua. Recuerdas que debes trabajar por la mañana, ya que hace una semana, comenzaste a ayudar a demoler una vieja escuela que no se ha utilizado desde los años 60. Raramente, es cuando la pesadilla comenzó.
“Genial”, te dices entre sorbo y sorbo, “¿Cómo voy a funcionar con sólo cuatro horas de sueño?”
Más tarde esa mañana, llegas a la escuela. Los desgastes se notan en todo el edificio, tales como tuberías oxidadas, plantas que crecen las paredes, pintura astillada, y la fina hoja de polvo que cubre toda la superficie de la zona.
“¿Qué demonios le pasó a este lugar?” Dices cuando entras por las puertas delanteras.
“¿Cuanto trabajo no?”, dice Mike parado en lo alto de una escalera de mano. Él parece estar derribando parte del techo. Los ecos de taladros y pistolas de clavos suenan en todo el edificio, con el zumbido ocasional de una sierra eléctrica.
“Así que, uh, ¿qué es lo que tengo que hacer hoy?” – Le preguntas.
“Bueno”, dice Mike, “hoy tenemos mucho trabajo, puedes empezar por quitar las tablas del piso en el gimnasio. Después de eso, vamos a necesitar tu ayuda en el desmantelamiento de las pizarras en las aulas “.
Asientes, y con eso, te entrega un martillo y una palanca. Al entrar en el gimnasio, el sonido de la puerta que se abre y cierra de golpe retumba en las paredes. Es silencioso. Desde aquí, todos los ruidos de las herramientas eléctricas no se escuchan. Es una escuela grande y te encuentras en un lugar bastante lejos de la construcción. Decides comenzar en un rincón. Tomas tus herramientas y empiezas la difícil tarea de rasgar y hacer palanca en cada tabla.
A medida que avanzas, notas algo extraño. Sientes como si fueras observado, como si la mirada de alguien te estuviera perforando la piel. En un intento por evadir la incómoda sensación, gritas:
“Sí, Mike?”
No hay respuesta. Por supuesto, sabes que no habrá una respuesta, pero tenías la esperanza de que hubiera una razón para tu miedo. Rápidamente tratas de olvidarlo y continúas tu labor.
Desde que empezaste a trabajar ahí, no ha pasado ningún evento extraño o fuera de lugar. Llegas a la conclusión de que sólo es el silencio  el que te hace sentir incómodo, por lo que sacas tu celular y pones algo de música. Pero entonces, vuelves a sentir que alguien te está mirando. Incluso tu música no ayudarte bien. Un extraño sonido comienza a mezclarse con la voz del cantante.
Te apresuras y quitas un auricular de tu oído para ver si alguien esta tratando de llamarte o algo así. Te das cuenta que el ruido de fondo era una risa, y definitivamente no venía de los auriculares.
“¿Hola?” Dices a medida que guardas los auriculares en el bolsillo del pantalón, “¿Quién está ahí?”
La risa se ​​desvanece rápidamente, como si un grupo de niños corriera riéndose detrás del edificio.
“Hay chicos aquí?” Te preguntas a ti mismo. Terminas de quitar una tabla de madera que estaba a punto de romperse y la colocas en el suelo.
“¿Hola? Mike? “Llamas una vez más. Al salir del gimnasio, te encuentras cerca de lo que parece ser una cafetería. Esto definitivamente no estaba cuando Mike te llevó al gimnasio, pero sigues tu camino. En primer lugar, entras a la cafetería para ver si los niños se esconden allí, pero lo único que hay es un largo pasillo con mesas tiradas alrededor. Una vez más, escuchas la risa que viene desde el fondo.
Comienzas a caminar hacia la risa, pero a medida que te acercas, ésta se desvanece. Al doblar la esquina, te das cuenta de que has llegado a un punto muerto, con una puerta al final. La puerta es de color azul, combinando con algunos azulejos del piso. Te acercas a ella y mueves la perilla, sólo para descubrir que ésta cerrada.
“¿Qué demonios? ¿A dónde van? “Te preguntas mientras tratas de mirar algo por el espacio entre la puerta y la pared. Una mano toca tu hombro, haciéndote saltar. Te das la vuelta y ves a Mike con una mirada interrogante en su rostro.
“Puta madre, hombre, me has asustado.” Le dices.
“Sí, pude notarlo”, dice Mike, “¿Qué estás haciendo aquí? ¿Terminaste el gimnasio? Porque también necesitamos…”
“No, no he terminado.” Dices interrumpiéndolo. “Hey, uh, ¿alguien trajo a sus hijos aquí, o algo así? ”
“No que yo sepa, pero debes terminar ese suelo pronto, necesitamos un poco de ayuda con el material eléctrico.”
Asientes y te diriges al gimnasio, mientras desenredas tus auriculares. Solo dos minutos después de haber empezado a trabajar, escuchas esos malditos niños de nuevo. Esta vez, parece como si se estuvieran burlando de ti. Piensas que se volverán a escapar y la risa se detendrá, a si que decides continuar con lo que estabas haciendo y lo ignoras. Pero no se va, incluso, podrías asegurar que se hace más fuerte y más irritante.
“¡¿Qué?!” Gritas a los niños, pero siguen riendo. Esta vez, arrojas tu martillo a la pared, porque a estas alturas, no tienes ganas de jugar. Corres hacia el ruido, con la esperanza de atraparlos. Con cada paso que tomas, los armarios que cubren el pasillo se estremecen y se sacuden. Tus pasos resuenan por las escaleras. Ya no te importa tu trabajo en el gimnasio, ni la construcción, ni nada. Solo encontrarlos y deshacerte de ellos.
A medida que corres, te das cuenta que la escuela se ve más limpia y alegre. La pintura no está astillada, ni la cerca oxidada…
“Pensé que lo estaban destruyendo, no que le harían una renovación.” Te dices. Sigues corriendo, hasta llegar comedor. Sentiste que habías corrido en círculo, pero esa teoría se fue en cuanto llegaste a la cafetería. Te das cuenta que en el comedor, las mesas están instaladas, y los pisos limpios. Las papeleras y mesas parecen estar cubiertos con migas y la leche derramada en algunos sitios. Esto no tiene sentido, si hace dos minutos las mesas estaban rotas, y todo parecía estar cubierto de polvo. Te detienes y mirar a todo, confundido completamente, hasta que la risa te sacó de sus pensamientos, una vez mas.
Una vez que vuelves a correr, la risa se ​​detiene. No, no como la broma de hace rato, todo el mundo al mismo tiempo se frena. Junto con las risas, tus pasos paran, como si trataras de encajar en el entorno.
De pronto, una pequeña risita se escucho en el baño. Sonríes, pensando:
“Oh, ahora los tengo”, mientras caminas hacia el baño. A diferencia del resto de la zona, el baño era un completo desastre. Las bisagras de las puertas de los establos y los grifos están terriblemente oxidadas, y baldosas completamente rotas. Pateas fuertemente la única puerta, tirándola, con la esperanza de hacer frente a uno de esos pequeños bastardos, pero no hay nadie allí.
“¿Qué diablos?” Dices en voz alta. Jurarías que escuchaste una risa proveniente de esta área exacta, ¿cómo no puede haber niños? Te das vuelta hacia el grifo, y giras el pomo. Crees que si se salpicas tu cara un par de veces, te recuperarás. Por supuesto, no sale agua. De repente, ves algo en la esquina del espejo que te hace atragantarte con tu propio aliento.
Sentada en la esquina de la habitación, junto a la puerta, se encuentra una pequeña niña. Sus ojos, miran a los tuyos. Excepto, que ella realmente no tiene ojos, solo mármoles blancos que parecen demasiado grandes para su cráneo. Y no son sólo sus ojos, todo en ella no es normal. Su piel se le pega al hueso, haciendo que sus articulaciones se vean. Su pelo esta enmarañado y lleva un vestido blanco roto, manchado con suciedad y sangre. Y entonces comprendes todo instantáneamente, como si una pared de ladrillos cayera sobre ti.
Lo que parecen ser los restos de un cadáver en descomposición, es en realidad la chica que aparece en tus pesadillas. Sus labios se curvan lentamente revelando un terrible conjunto de dientes afilados. Gritas y sales corriendo del baño. A la salida, te das cuenta de que el edificio volvió a tener su aspecto normal, sucio y descuidado. Al doblar a la esquina, te encuentras con Mike.
“¿Qué demonios estás haciendo?” Dice claramente frustrado, “Esta es la segunda vez que abandonas tu puesto de trabajo.”
“¿¡Qué carajo está pasando aquí!?” Gritas, exigiendo una respuesta. Mike te lanza una mirada amenazadora, y te dice:
“¿De qué estás hablando? Nada está pasando aquí. Escucha, si te sientes un poco enfermo puedes ir a casa. ”
“No, estoy bien.” Respondes, “Te prometo que voy a terminar esta vez. Ahora, ¿dónde está el camino de regreso al gimnasio? ”
“Sube las escaleras y en el pasillo a la izquierda, verás las puertas dobles para llegar. Te acompaño”
Mientras los dos van a ver tu trabajo, una duda emerge de tu cabeza.
“Hey,” Le preguntas a Mike, “¿Por qué este lugar quedo cerrado? Parece como si todo el mundo se hubiera ido un dia y jamás regresó. ”
“Bueno,” Inicia Mike mientras el sonido de sus pasos resuenan en todo el hueco de la escalera, “Una chica joven, estudiante, murió aquí. Al parecer, era demasiada tristeza para los niños a educar y siempre andaban deprimidos. Por lo tanto, con la esperanza de borrar el incidente de su mente, se los trasladó a una escuela diferente. ”
Un escalofrío recorre tu cuerpo, desde los pies a la cabeza.
“Exactamente cómo murió?”
Mike no respondió hasta cruzar la puerta doble del gimnasio.
“Ella cayó desde un pasamanos y se rompió el cuello.”
Tragas saliva, mientras Mike sale de la habitación.
“Apresúrate, que ya es tiempo que hubieras terminado” Dijo antes de azotar la puerta
Sabes que deber darte prisa, para ir a tu casa y no regresar a ese lugar jamás. Enciendes tu música de nuevo, y continúas el trabajo, casi esperando oír una risa, pero no pasó nada. Incluso cuando se terminaste, no pasó nada.
En tu regreso a casa, empiezas a cuestionarte y te convences de que todo estaba en su cabeza, y que la pesadilla había causado que te volvieras loco. Al pensar en la pesadilla y recordar lo que Mike dijo, el estómago comienza a dolerte. Tuviste esta sensación hasta que finalmente decides irte a la cama, sabiendo lo que iba a venir después. No quería pensar en los juegos infantiles, o la niña, no específicamente después de lo de hoy. Pero la imagen de su rostro, su rostro horrible, está pegada a ti.
No debería haber ninguna razón para que seas paranoico ahora. Se acabó. Estás aquí, y ella es todo lo que queda de allí.
“Demonios, probablemente ni siquiera existe.” Te dices a ti mismo, ya que poco a poco pierdes la conciencia.
Cierras tus ojos, esperando la visión horrible, una risa pequeña se escucha atrás de la puerta de su dormitorio.


miércoles, 2 de abril de 2014

Quizás no pasa nada…

Aquí estoy, encerrado en el baño. Por suerte, el interruptor está puesto por dentro, así que lo controlo yo. El cerrojo está echado, y he empotrado el mueble en el que guardamos los objetos de higiene contra la puerta. No le quito ojo al pestillo, ni al interruptor. Bueno, es fácil, este baño es muy pequeño, apenas tendrá un par de metros cuadrados. Tampoco pierdo de vista el espejo. En él me veo, por ahora, solamente yo. Desde el váter en el que estoy sentado, en el rincón del cuarto, intento verlo todo a la vez.
Suena un golpe contra la puerta, y pego un salto, pero no grito. Sólo compruebo el pestillo, luego el mueble y después el espejo. No tengo a mano nada con que defenderme. Sólo un pestillo y un mueble impiden que la puerta se abra, y no quiero que se abra. Podría cantar una nana para tranquilizarme, pero no quiero que me escuchen. A lo mejor si no digo nada, no pasa nada. A lo mejor si cierro los ojos… No, mejor no los cierro, ¿y si los cierro y cuando los abra no hay luz? ¿Y si cuando los abro hay algo en el espejo? ¿Y si cuando los abro veo unos ojos que no son los míos?
Suena otro golpe. De puño, de zarpa, por accidente, grabado en una grabadora, en mi cabeza, al otro lado de la puerta, desde afuera, desde adentro. Ahí afuera las luces están apagadas, no se puede ver nada. Y no se oye nada. ¿Hay alguien? ¿Hay algo? Me lo imagino como un inmenso espacio negro. Sí, el cuarto del baño ha caído en un océano sin luz, y está flotando en la nada. Y ahora recuerdo esa historia, la historia de terror más corta del mundo:
“Estaba el último hombre de la Tierra en una habitación y llamaron a la puerta”.
La mía la aporrean. Ahora que lo pienso, si no hay nada afuera ¿por qué aún tengo luz? ¿Y si estoy muerto? O esto es una pesadilla y estoy seguro en mi cama. ¿Y si es la pesadilla de otra persona? ¿Soy real?
El tercer golpe. Después una tanda de tres golpes seguidos. Llaman al móvil. Lo cojo; número desconocido. Acepto la llamada y lo acerco a mi oído. Susurro muy bajo, preguntando quién llama. Nadie contesta, pero puedo oír de fondo algo chirriando. Cuelgo, no debería haber contestado. Dejo el móvil. Después se me ocurre coger el móvil de nuevo, para llamar a alguien.
No está. Lo dejé ahí pero ya no está. ¿Fue real la llamada? ¿Tengo un móvil? Si lo tuve, si estaba ahí, si ahí lo dejé y no lo volví a cambiar de sitio, ¿en dónde está? ¿Quién lo ha cogido si aquí estoy yo solo? ¿Mi reflejo? Debería romper el espejo. Aunque si hay algo afuera, oiría el ruido. ¿Y si me han llamado desde afuera para saber qué hago aquí adentro? Ya no llaman más. Quizás ya no pasa nada. O a lo mejor sí pasa y sólo debo de salir para comprobarlo. Pero no quiero ver nada de afuera. Miro al espejo de nuevo.
Mi reflejo se pasa un dedo por el cuello.